Nuestro destino, el centro de Lima, ahí no había pierde, yo fui la guía, porque esta vez Ernesto y los chicos tuvieron que seguirme :). Llegamos y no fue complicado encontrarlos, los encontramos en el segundo puesto que preguntamos, Andrés no podía con la emoción, encontraos 6 diseños de esqueletos (pterodáctilo, tricerato....y otros de nombres cada uno mas complicado que el otro :) ). Mafer también iba con la idea de comprar algunas cosas para ella, como libretitas y tarjetitas, pero Andrés empezó con que ya quería irse a casa, se empezó a angustiar, le explicábamos que también Mafer iba a comprar algunas cosas para ella, pero parecía no escucharnos, por momentos se tranquilizaba, pero luego insistía en que quería ir a casa para armar sus dinosaurios. Conseguimos lo que Mafer quería, y luego fuimos a almorzar al barrio chino, ahí la cosa estuvo mas tranquila, porque empezó a armar uno de los dinosaurios, y logramos almorzar tranquilos. Y finalmente de regreso a casa.
Lo mejor de todo esto vino después, cuando Mafer le pidió ayudarlo en su museo, así que Andrés la nombró cuidadora del museo :), Mafer estaba feliz con ese nombramiento, buscó un cepillito de cerdas delgadas entre sus juguetes y "limpiaba" los esqueletos con mucho cuidado, una de las reglas mas importantes en el museo era "no se permiten perros", así que Amigo (nuestro perrito) no podía disfrutar de esta exposición, porque según explicó Andrés podría confundir los huesos de sus dinosaurios con huesos de verdad y comérselos...je,je,je.
Esta mañana se despertaron Andrés y Mafer muy temprano para ver su museo, pero en eso Mafer de casualidad se tropieza con uno de los esqueletos de los dinosaurios, y .....Ernesto y yo paramos las orejas, porque pensábamos que Andrés se iba a molestar, pero nos equivocamos, Mafer le dice con una voz muy apenada "Andrés, lo siento fue de casualidad" y Andrés muy tranquilo le responde "no te preocupes Mafer, no se ha roto, sólo se ha desarmado, estos esqueletos son como rompecabezas, lo puedo volver a armar", era casi increíble escucharlo, ¡él era quien tranquilizaba a su hermanita!. Cuando escuché eso, sólo pensé "gracias Dios por tanta generosidad con nosotros", porque justo ayer que íbamos a misa, Andrés me dijo "mamá, voy a pedirle a Dios que me de paciencia, para no desesperarme, porque ayer no supe esperar y me molesté cuando compramos los dinosaurios", y estoy segura que Dios lo escuchó, hoy fue una prueba de ello :).
Este pequeño museo los ha tenido a los dos bastante conectados este fin de semana, Mafer ha aprendido mucho de dinosaurios, y Andrés a aprendido a controlar sus reacciones, y entender que no vale la pena desesperarse por algo que él puede solucionar o manejar :). ¡Ese es mi enano!
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