sus creaciones de Lego, porque esto podría traer problemas en el grupo, y el muy inteligentemente:
• “Mamá son Legos y se pueden volver a armar, ¿no lo sabías?”
Esto es algo que ha aprendido, especialmente gracias a Mafer, su hermanita, quien le explicaba a Andrés cada vez que de casualidad le desarmaba alguna de sus creaciones que se podían volver a armar, y las palabras mágicas “lo siento, soy tu hermanita pequeña …no lo quise hacer”…y luego con el grupo del cole, los chicos ya saben darle su espacio, lo conocen, lo aceptan y respetan, Andrés juega con ellos, cuando quiere, y también respetan sus momentos en el que él quiere estar solo, entonces ya no existen esos problemas, pero ahora el grupo era diferente a los que él ya conocía, y los riesgos existían, pero tiene que aprender a manejar esas situaciones, así que llevó sus juguetes.
Al ir a buscarlo, Andrés había tenido una mañana bastante complicada, primero uno de los chicos le había roto su Buzzlightyear, y al final no encontraba una pequeña pieza de su Lego, estaba llorando, eran sus JUGUETES, algo muy importante para él y eran válidas sus emociones de tristeza y cólera.
Salió más tranquilo del taller, antes de entrar a buscarlo, llamé a Ernesto, quien nos estaba esperando con Mafer, para ir a la casa de mi mami, y le comenté que las cosas podrían estar complicadas esta tarde, y le conté lo que había pasado.
Íbamos con Andrés al auto y le dije, que esto le tenía que servir de lección, y usé la frase que mi mamá usaba cuando yo era pequeña “recuerda que tu mamá no habla por gusto, yo sabía lo que podía pasar”…era una frase que a mí no me gustaba escuchar, porque parecía que ella nunca se equivocaba, cosa que aprendí y entiendo ahora, tenía más experiencia que yo, y quería protegerme, pero a veces los hijos no se los permitimos, y también tenemos que crecer con nuevas experiencias y muchas de ellas complicadas.
Andrés me dijo que quería otro muñeco, mientras lloraba en el auto, le dije:
• “Cuéntale a tu papá lo que ha pasado, pero hazlo tranquilo, así pueden entenderse”
Se quedó callado y le insistí:
• “llevar tus juguetes fue tu decisión y tienes que asumirlo”
El no decía nada, estaba muy callado, ahora entiendo que estaba procesando lo sucedido, porque cuando llegamos donde Ernesto y Mafer, esperó que subieran al auto y muy tranquilo le dijo:
- “Papá, un amigo rompió mi Buzzlightyear”
- “¿tu se lo prestaste?
- “Si”
- “Bueno campeón, que esto te sirva de lección, tienes que saber a quién le prestas tus cosas y donde las llevas, esto es algo que vas a tener que aprender, no te imaginas las cosas que he perdido o me las han malogrado por no saber a quien se las prestaba, ahora es un juguete, luego será tu cámara de fotos, tu laptop….por eso tienes que aprender ahora, ¿entendiste?”
- “Sí”
Pero Andrés llegó muy tranquilo, sacó su Buzzlightyear, y me dijo “bueno, todavía sirve”, y se puso a jugar muy tranquilo, hasta sacó su lego e hizo unos cambios en su diseño para poder reemplazar la pieza perdida. Estábamos felices y sorprendidos, Ernesto me dice: “¡mi hijo está creciendo y madurando, lo veo tan bien!”
Ayer domingo nos fuimos al bosque, Andrés y Mafer preparaban las cosas que querían llevar, entonces les dije:
• “piensen bien las cosas que van a llevar, no vaya a ser que se les pierda por allá”
Andrés dice “¡UPS!” sonrió y me dice “mejor dejo mi lego, se puede perder en el bosque”, y cambió eso por sus dinosaurios, Mafer llevaría su hámster de juguete y ambos estaban advertidos que cada uno era responsable de sus cosas.
La pasamos súper, Mafer y Andrés jugaban en un arroyo con los dinosaurios, mientras que Ernesto y yo cuidábamos a “Lucecita”, el hámster de juguete, y en eso, no encontraban a un dinosaurio y Andrés dice:
- “¡No encuentro a mi giganotosaurus!”
- "¿cuál es ese?”
- “Es color verde claro, es bípedo… me lo regaló Ismael”
Luego fuimos a comer un helado, y en eso escuchamos:
- “¡Hola Andrés!”
• “¡Hola Lucas!” y le da la mano, y luego continua con lo que estaba haciendo.
Le pregunté a Lucas por sus papis, y al poco rato nos encontramos, y nos dividimos, Mafer y yo nos fuimos con la hermanita de Lucas y su mamá a los juegos y Ernesto se quedó con Andrés dibujando. Lucas se había ido con sus primos por otro lado.
Nosotras estábamos muy bien, las enanos se llevan muy bien, así que todo tranquilo, y necesitaba ir al auto para buscar algo, y fui a buscar a Ernesto y a Andrés, no estaban donde los había dejado, estaban en la cascada, y la escena que vi era la siguiente “Ernesto y el papá de Lucas conversando, mientras que Lucas, su primo y Andrés jugaban en el riachuelo con sus dinosaurios”. Ernesto me contó luego que también jugaron a deslizarse en una colina los tres, y que estaba muy contento de ver a su hijo tan contento, y claro que a yo también lo estaba. Luego tenían que irse, y nosotros que almorzar, así que Andrés regresó a dibujar, mientras decidíamos donde almorzar.
Fue un día bastante especial, Andrés demostró que había aprendido la lección, un súper avance, y además lo vimos disfrutando de la compañía de Lucas, sin necesidad de estar encima de él para dirigirlo, él está aprendiendo a manejarse en un mundo neurotípico, del cual sólo pide a cambio que lo respeten, acepten y lo quiera. ¡Gracias Dios por este gran fin de semana!
Hola!!! saludos para tí y para Andrés. Os encontré por medio de otros blogs; yo también tengo un hijo con autismo, pero su lenguaje verbal es muy reducido. Felicidades por vuestro hijo y lo bien que lo estáis haciendo. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Juani, y mucha suerte con tu hijo :). Cada niño tiene su propio ritmo, son una cajita de sorpresa, cuando menos lo pensemos nos sorprenden. Cariños y que Dios los Bendiga :)
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