jueves, 15 de julio de 2010

¡¡Mi enano está creciendo!!

Andrés está madurando, eso es lo que siento y veo. ¿Cómo así?, bueno, con cosa del día a día, en el colegio.

Por ejemplo el viernes llegó con el cuaderno de inglés, y lo había enumerado del 1 al 7, pero sólo había escrito 5 oraciones, entonces le pregunté:

  • “¿amor, qué pasó?”
  • "nada mamá, copie lo que estaba en la pizarra, el profesor dijo que después continuaríamos".

Les voy a ser sincera, me asombró tanta información por parte de Andrés, y me preguntaba si realmente había pasado eso en clase o que tal vez habían terminado las 7 oraciones y las demás (8, 9, 10….) las continuarían luego, pero decidí confiar y lo felicité por haber estado atento.

Cualquier duda que tengo sobre las tareas o copias en los cuadernos se las consulto a Sebastián, un súper amigo de Andrés quien lo cuida mucho, está muy pendiente de él en clases, y para suerte nuestra es casi nuestro vecinito, y justo ese día estaba enfermo y había faltado, así que ahora era Andrés era quien tenía que prestarle sus cuadernos, y así lo hizo, le prestamos los cuadernos de inglés, Comunicación Integral y Matemáticas, que eran los cursos que habían avanzado en los cuadernos. Qué bien me sentí porque esta vez Andrés pudo ayudar a Sebastián, y claro que se lo dije a Andrés, porque el copiar todo en clase y encima de manera ordenada, había permitido que Sebastián se pusiera al día durante el fin de semana.

El lunes no usaron el cuaderno de inglés, y el martes Andrés faltó por estar enfermo, así que le pedí los cuadernos prestados a Sebastián, y no me pudo dar el cuaderno de inglés porque como me había dicho Andrés el viernes, el martes habían terminado de escribir hasta la oración Nro. 7 y el profesor había pedido los cuadernos para revisarlos…¡¡¡¡yeeeee!!...mi hijo había copiado todo, cosa que ya hacía, y encima me informaba de las cosas que decía el profesor. Muchos dirán “¡qué exagerada!”, pero para los que conocen a los niños Aspie, saben que no exagero, Andrés, cuando no quiere responder algo se protege respondiendo “no me acuerdo”, y ahí se cierra, ahora simplemente le pregunté y él respondió lo sucedido .

El miércoles regresó al colegio, y según me contó todo bien, pero a la hora de salida, mientras lo esperaba sale del salón llorando, estaba en clase de matemáticas, fui donde él estaba y traté de mantener la calma, esto funcionó para que él me explicara qué había sucedido, y lo primero que me dijo llorando fue:

  • "rompí mi rompecabezas”
  • “Andrés, si no te calmas no puedo entender, y no te podré ayudar”
  • “mamá, me equivoqué al colocar la pieza y rompí mi rompecabezas”
 
Las cosas no me quedaban claras, en eso salió el profesor de matemáticas, y Andrés se desesperó nuevamente y empezó a llorar muy fuerte, regresé a Andrés y le dije:

  • “No va a pasar nada, lo que sea lo vamos a arreglar”
 
Andrés se calmó, no del todo, pero ya no lloraba, me acerqué al profesor y me mostró el rompecabezas que estaban armando, era uno de papel, el trabajo consistía que en la mitad de una hoja había una cuadrícula dibujada y en cada cuadradito estaba escrita una operación de multiplicación, por ejemplo “5x6”, y en la otra mitad de la hoja había una cuadrícula del mismo tamaño, la cual tenían que cortar cada cuadradito , en cada uno de ellos aparecía un resultado de las operaciones que se mostraban en la cuadrícula base, y además algunos partes de un dibujo que colocado de manera correcta (de acuerdo a los resultado de las operaciones) formaban un precioso dinosaurio. (Espero que me hayan entendido ). Me dijo que Andrés estaba trabajando muy bien, que había entendido el trabajo, que ya había avanzado más de la mitad, pero de pronto, cuando se equivocó en colocar una pieza se desesperó y salió llorando, pero que él no le había hecho nada,…y eso yo lo sabía, y lo que me interesaba en ese momento era que Andrés se calmara y entendiera que no gana nada desesperándose. Le dije al profesor que no se preocupara, que nosotros lo arreglaríamos.
 
Este era el rompecabeza, se había equivocado en 2 piezas de la cola. Yo creo que al descubrir la figura del dinosaurio, se emosionó y se olvidó de multiplicar, quiso terminarla teniendo como referencia las figuras de cada pieza.

Regresé donde Andrés y le dije:
  • “Todo está bien, lo vamos a arreglar en casa”
  • “Mamá yo siempre hago las cosas mal” 
Ahí si mi actitud cambió y en voz más fuerte le dije:

  • “Tú no haces siempre las cosas mal, sino te aseguro que no estarías aquí”
  • “¡Pero me equivoqué!”
  • “Andrés, eso no es malo, todos nos equivocamos y de los errores uno aprende”
  • “¡Pero a mí no me gusta equivocarme!” 
¿Saben lo que significó escuchar eso de mi hijo?, este pequeño de 8 años, fue capaz de decirme claramente que lo llevó a salir llorando de cólera del salón, no podía manejar el haberse equivocado, yo sé que a Andrés eso no le gusta, pero es la primera vez que él me lo dice, y eso para mí fue muy importante, porque él ya sabía por sí solo cual era el problema, y sentía que iba a ser más fácil conectarnos, ya que ambos sabíamos lo que había pasado, y lo aceptábamos, y creo que lo que más ayudó es que yo estaba tranquila, entonces podía contener su angustia, su frustración.
 
En eso se apareció Juan Pablo, otro amigo de Andrés, es un niño bastante movido y tiene muchos detalles lindos con Andrés, esta vez, salió de clase para calmar a su amigo y le decía:

  • “Andrés, tú has avanzado más que yo y te has equivocado menos, no llores, tú lo has hecho mejor que yo”

Eso, no lo calmaba a Andrés, pero yo vi a un niño maravilloso tratando de calmar a su amigo.
 
Nuevamente empecé a hablar con Andrés:

  • “Amor, todos nos equivocamos, así aprendemos, es parte de la vida”
  • “¡Pero a mí no me gusta equivocarme!”
Mi tono volvió a cambiar (subió un poco)

  • “¡Lo siento es parte de la vida y vas a tener que aceptarlo!”
Entonces me abrazó y se calmó por completo, entonces le dije:

  • “Lo que tienes que aprender de esto es que no lograste nada al salir llorando de clase… ¿qué tenías que hacer?"
  • “Pedir permiso para el baño, lavarme la cara y relajarme”
  • “Tú lo sabes, tú me has dicho lo que tenías que hacer”
  • “Y si te equivocaste, y no puedes sólo, pides ayuda”
  • “sí mamá… ¿nos podemos ir a casa?”
Le dije que teníamos que esperar a Sebastián, porque lo ibamos a llevar a su casa, y Andrés estaba muy tranquilo, y aceptó esperar sin ningún problema, luego nos fuimos Sebastian, Andrés y yo al auto, y la verdad que el viaje fue muy tranquilo, hasta por ahí conversaron un poquito en el viaje :).
 
Fue una gran lección para los dos, y en estos días note que mi hijo está creciendo, está madurando, está aprendiendo… es parte de la vida, y espero lograr ser el apoyo y el soporte que mis hijos necesitan, sé que tengo mucho que aprender y estoy dispuesta a hacerlo :).

 

 

 

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